Antecedentes y Reforma
En la dinastía XVIII, entre 1550 y 1295 a. C. aproximadamente, existieron faraones que se esforzaron por agrandar el territorio del reino Egipcio y mantener a los extranjeros lejos de las fronteras. Estos faraones mostraban imágenes dominantes y luchaban por competir en los tamaños de sus construcciones. Para ellos era de mucha importancia hacer ver a su pueblo y a todo el mundo cuan grandes y valientes eran. Sus prioridades estaban en pelear para agrandar cada vez mas su territorio y construir grandes monumentos que los dieran a conocer después de su muerte. Este periodo de la historia egipcia es conocida como el Imperio Nuevo.
El primero en esta dinastía fue Amosis I, hermano del ultimo faraón de la dinastía anterior, fue el precursor de la unión de los pueblos de Egipto que llevaban 100 años aproximadamente dominados por los Hicsos. El tercer faraón en gobernar en esta dinastía fue Tutmosis I, llego a conquistar toda Siria y Palestina y fue el fundador del Valle de los Reyes. Su hijo Tutmosis II no tuvo un notorio desempeño en su gobierno, solo que fue desposado con su hermanastra Hatshepsut, Esposa Real de su padre y luego adoptada como Esposa Real de su hermanastro, tras la muerte de su esposo, se coronó como reina-faraón y gobernó por 20 años aproximadamente, sometiendo al hijo de su hermanastro. Este cuando la reina-faraón murió se encargo de borrar gran parte de su legado y opacándola por sus grandes victorias en Asia y en África. Luego Tutmosis IV se encargó de mantener paz y buenas relaciones firmando tratados con Mitanni y Babilonia; su hijo Amenofis III “El Magnífico” sigue los pasos de su padre y hace varias campañas que llevan a enriquecer el estado. Se caso con una extranjera asiática precedente de Mitanni llamada Tiy, de la que se cree estuvo muy enamorado y quien no simpatizaba mucho con el sistema religioso egipcio. Cundo muere Amenofis III la gloria de Egipto resultó comprometida por la reina Tiy y madre del nuevo faraón Amenhotep IV (Ajenatón). La reina Tiy debió ejercer mucha influencia en su esposo en primer lugar, pues el hábito de una nueva religión se hizo sentir en los últimos años de reinado de su esposo, naturalmente sus mu mayor influencia se dió con su propio hijo y futuro faraón.
Tras la subida al trono de la reina-faraón Hatshepsut, toda aristocracia egipcia habían evitado dar a las mujeres mucho protagonismo, para evitar que estas volvieran a tomar las riendas del poder. Tiy seria la excepción, puesto que siempre se hacia representar junto a su esposo y también tomaba parte en las decisiones acerca del estado.
La teología egipcia agrupaba los datos religiosos en dos síntesis principales, tan diferentes, que en algunos pasajes aparecen como rivales: La síntesis solar, en el que el Dios supremo era Ra, y la síntesis osiriana que subordinaba todo a Osiris. Las agrupaciones constantes que se llaman tríadas, parecen ser las mejor sedimentadas: padre, madre e hijo, esta combinación de divinidades había sido fijado mucho tiempo antes de la biblia.
Por otro lado, Antes del Imperio Nuevo, en Egipto se practicaba un sistema de creencias que era en parte totemista, parte politeísta y parte de adoración a los antepasados. Habían numerosos dioses, pero en vez de vivir aislados en una montaña o en el inalcanzable cielo, muchos de ellos vivían en forma invisible en el mundo de los mortales, actuando a través de lugares sagrados, objetos animales o incluso personas.
Según el Canon Real de Turín, varios dioses gobernaron Egipto: Ptah, Ra, Shu, Geb, Osiris, Seth, Thot, Maat y Horus; cada cual durante inmensos periodos de tiempo, después reinaron los Shemsu Hor durante 13.420 años, antes de surgir la primera dinastía de faraones. Así, los predecesores de Menes ocuparon el trono egipcio durante 36.620 años.
Akenatón tuvo que ascender al trono cuando tenia 14 años con el nombre de Amenofis IV, el imperio, llegado a su máxima expansión bajo sus agresivos e impetuosos predecesores. En todas las fronteras los “bárbaros” mostraban los puños con deseos de reconquistar los territorios y la libertad perdidos. Pero este hijo y nieto de guerreros manifestaba un amor por la poesía y por la paz hogareña. Quería él la paz, más no por cobardía, sino porque dentro de su extraordinaria cabeza se albergaban otros planes. Comenzó a poner en practica las nuevas ideas que había recibido de su madre y que, quizás, había ido elaborando por sí mismo.
Akenatón quería cumplir durante su reinado una revolución religiosa sin precedentes, acabar con la multiplicidad de dioses dominantes en el país e implantar una religión monoteísta# exclusiva, cuyo símbolo místico y litúrgico seria el Sol. Estos planes tenían, naturalmente, implicaciones políticas, pues la principal victima en esta reforma iba a ser el poderoso Dios Amón, señor de Tebas, cuya orden sacerdotal había crecido de tal manera en riqueza y poder en los últimos reinados. Amenofis IV y su esposa abandonaron Tebas y se instalaron en Amarna, una ciudad que el faraón mandó a construir al norte y que duró 10 años en edificar y parece haber sido uno de los conjuntos arquitectónicos más hermosos jamás salidos de mano del hombre. Allí abandonó incluso su propio nombre Amenofis IV, pues conmemoraba a Amón, uno de los dioses egipcios que el despreciaba como mera superstición. Su Dios era el glorioso Sol que adoraba de un modo distinto al de los egipcios. Lo adoraba no como a un Dios, en el sentido habitual de representarlo bajo forma humana o animal, sino que era el mismo disco del Sol lo que veneraba, el fulgurante y redondo sol, que imaginaba emitiendo rayos que terminaban en manos; manos que derramaban los favores divinos de la luz, del calor y de la vida sobre la tierra y sus habitantes. El rey llamó Atón al disco solar, y se nombró a sí mismo Ajenatón o Akenatón que significa “agradable a Atón”. Akenatón construyo un sin número de templos para Atón y preparó un ritual completo para el nuevo Dios.
Se trata pues del primer monoteísmo de la historia que conocemos. Hay quienes atribuyen que el Moisés bíblico vivió en la época de Akenatón y que el faraón egipcio recogió de aquel profeta algo así como una versión distorsionada del judaísmo, también hay quienes afirman que Moisés adopto la idea monoteísta de Akenatón.
Consecuencias y Legados
Akenatón se retiro del mundo real, sumergiéndose otro artificial y se dedicó a perseguir al antiguo clero, y a ordenar que el nombre de Amón fuese borrado de los monumentos, y suprimidas las referencias a los dioses. Esto lo hizo descuidar los asuntos militares y los demás problemas exteriores. Estos últimos eran de suma importancia, pues las inscurciones de los nómadas tocaban ya Siria por el este. A Akenatón le llagaban constantemente mensajes de sus generales y virreyes de Siria informándole sobre la peligrosa situación y solicitando refuerzos, por lo que parece ignoró todas las demandas de auxilio. Cualquiera que fuese la razón el prestigio exterior de Egipto experimento un declive desastroso, y todo lo ganado por sus antecesores acabo perdiéndose.
Al final del reinado de Akenatón bajo la influencia de la reina madre Tiy que intentaba reconciliarse con el clero de Amón, el faraón intento renunciar a su exclusivismo religioso, esto hizo que su esposa Nefertiti se separara de su marido ya que esta estaba apegada al culto de Atón.
Akenatón murió en el 1353 a.C., dejando tras de sí a seis hijas pero ningún hijo; dos de sus yernos reinaron por breve tiempo. Tutankatón residió en Amarna y permaneció fiel al culto atoniano. Luego los sacerdotes de la antigua religión recuperaron su poder progresivamente y volvieron a cambiarlo todo. Tutankatón cambio su nombre por el de Tutankamón y se traslado a la antigua capital Tebas, allí murió muy joven y Horemheb tomó las tiendas del país y Amarna fue arrasada y destruida. Fue tan completo el deseo de venganza y tan perfecta su laboriosidad para suprimir todos los vestigios de Akenatón.
El legado más importante del período de Akenatón fue el cambio en el arte egipcio. En este período el arte te torna realista. Se representan las cosas tan cuál son, se busca representar a las personas desnudas, sin artificios y sin ningún cambio. Las escenas en las que se presenta al faraón son mas afectuosas y muestran una relación cercana de la familia real. Akenatón y Nefertiti se representan en poses informales, mostrando su cuerpo completamente desnudos y sin embellecimientos o retoques en momentos de afecto y jugando con sus hijas. No se hizo ningún esfuerzo por ocultar que Akenatón era un hombre bastante feo, carilargo, barrigudo y de muslos gruesos. Es posible que sufriese de una afección glandular, pues murió cuando todavía era joven. Akenatón no tuvo harén y en todos sus poemas canta y loa a Nefertiti como la única y bien amada esposa.
La muerte prematura de Akenatón, “aquel cuya vida es larga”, puso fin a un florecimiento de una poesía, una escritura y una pintura totalmente nuevas. Con el nació y murió la mas violenta revolución en todos los campos de la creencia, el pensamiento y la emoción.
Según el historiador Arnold J. Toynbee, el fracaso de la revolución de akenatón …“es la mejor prueba de que la sociedad egipcia restaurada estaba desprovista de vida(…)A fuerza de un genio, Akenatón creó una nueva concepción de Dios y del hombre, de la vida y de la naturaleza, y la expreso en un nuevo arte y poesía; pero las sociedades muertas no pueden ser así vueltas a la vida”.
Consideraciones Finales
Akenatón sin duda fue un personaje de suma importancia en la historia de Egipto no solo por distinta concepción de lo que es la religión y el arte, sino que también por su personalidad enigmática y diferente a lo que se acostumbraba en Egipto y en muchos otros lugares del Planeta en esa época. Cabe resaltar que estos pensamientos revolucionarios fueron una influencia de la mezcla de culturas que existía ya en la realeza, ya que las influencias de culturas extranjeras estaba haciendo sentirse en la manera de ver la política y la religión.
El Gran error de Akenatón fue el inmenso descuido que tuvo en la parte política del reino, ya que por su cambio religioso no tenia muchas personas de confianza en los límites de Egipto y cualquiera evasión a peticiones de ayuda eran grandes errores, que terminaron poniéndole fin a su extraordinaria labor como reformador religioso.
Actualmente el arte de Amarna es admirado y estudiado por muchos, ya que fue el primer paso a un arte natural y realista que nos puede dar la idea de cómo eran las personas en estos tiempos.
En la dinastía XVIII, entre 1550 y 1295 a. C. aproximadamente, existieron faraones que se esforzaron por agrandar el territorio del reino Egipcio y mantener a los extranjeros lejos de las fronteras. Estos faraones mostraban imágenes dominantes y luchaban por competir en los tamaños de sus construcciones. Para ellos era de mucha importancia hacer ver a su pueblo y a todo el mundo cuan grandes y valientes eran. Sus prioridades estaban en pelear para agrandar cada vez mas su territorio y construir grandes monumentos que los dieran a conocer después de su muerte. Este periodo de la historia egipcia es conocida como el Imperio Nuevo.
El primero en esta dinastía fue Amosis I, hermano del ultimo faraón de la dinastía anterior, fue el precursor de la unión de los pueblos de Egipto que llevaban 100 años aproximadamente dominados por los Hicsos. El tercer faraón en gobernar en esta dinastía fue Tutmosis I, llego a conquistar toda Siria y Palestina y fue el fundador del Valle de los Reyes. Su hijo Tutmosis II no tuvo un notorio desempeño en su gobierno, solo que fue desposado con su hermanastra Hatshepsut, Esposa Real de su padre y luego adoptada como Esposa Real de su hermanastro, tras la muerte de su esposo, se coronó como reina-faraón y gobernó por 20 años aproximadamente, sometiendo al hijo de su hermanastro. Este cuando la reina-faraón murió se encargo de borrar gran parte de su legado y opacándola por sus grandes victorias en Asia y en África. Luego Tutmosis IV se encargó de mantener paz y buenas relaciones firmando tratados con Mitanni y Babilonia; su hijo Amenofis III “El Magnífico” sigue los pasos de su padre y hace varias campañas que llevan a enriquecer el estado. Se caso con una extranjera asiática precedente de Mitanni llamada Tiy, de la que se cree estuvo muy enamorado y quien no simpatizaba mucho con el sistema religioso egipcio. Cundo muere Amenofis III la gloria de Egipto resultó comprometida por la reina Tiy y madre del nuevo faraón Amenhotep IV (Ajenatón). La reina Tiy debió ejercer mucha influencia en su esposo en primer lugar, pues el hábito de una nueva religión se hizo sentir en los últimos años de reinado de su esposo, naturalmente sus mu mayor influencia se dió con su propio hijo y futuro faraón.
Tras la subida al trono de la reina-faraón Hatshepsut, toda aristocracia egipcia habían evitado dar a las mujeres mucho protagonismo, para evitar que estas volvieran a tomar las riendas del poder. Tiy seria la excepción, puesto que siempre se hacia representar junto a su esposo y también tomaba parte en las decisiones acerca del estado.
La teología egipcia agrupaba los datos religiosos en dos síntesis principales, tan diferentes, que en algunos pasajes aparecen como rivales: La síntesis solar, en el que el Dios supremo era Ra, y la síntesis osiriana que subordinaba todo a Osiris. Las agrupaciones constantes que se llaman tríadas, parecen ser las mejor sedimentadas: padre, madre e hijo, esta combinación de divinidades había sido fijado mucho tiempo antes de la biblia.
Por otro lado, Antes del Imperio Nuevo, en Egipto se practicaba un sistema de creencias que era en parte totemista, parte politeísta y parte de adoración a los antepasados. Habían numerosos dioses, pero en vez de vivir aislados en una montaña o en el inalcanzable cielo, muchos de ellos vivían en forma invisible en el mundo de los mortales, actuando a través de lugares sagrados, objetos animales o incluso personas.
Según el Canon Real de Turín, varios dioses gobernaron Egipto: Ptah, Ra, Shu, Geb, Osiris, Seth, Thot, Maat y Horus; cada cual durante inmensos periodos de tiempo, después reinaron los Shemsu Hor durante 13.420 años, antes de surgir la primera dinastía de faraones. Así, los predecesores de Menes ocuparon el trono egipcio durante 36.620 años.
Akenatón tuvo que ascender al trono cuando tenia 14 años con el nombre de Amenofis IV, el imperio, llegado a su máxima expansión bajo sus agresivos e impetuosos predecesores. En todas las fronteras los “bárbaros” mostraban los puños con deseos de reconquistar los territorios y la libertad perdidos. Pero este hijo y nieto de guerreros manifestaba un amor por la poesía y por la paz hogareña. Quería él la paz, más no por cobardía, sino porque dentro de su extraordinaria cabeza se albergaban otros planes. Comenzó a poner en practica las nuevas ideas que había recibido de su madre y que, quizás, había ido elaborando por sí mismo.
Akenatón quería cumplir durante su reinado una revolución religiosa sin precedentes, acabar con la multiplicidad de dioses dominantes en el país e implantar una religión monoteísta# exclusiva, cuyo símbolo místico y litúrgico seria el Sol. Estos planes tenían, naturalmente, implicaciones políticas, pues la principal victima en esta reforma iba a ser el poderoso Dios Amón, señor de Tebas, cuya orden sacerdotal había crecido de tal manera en riqueza y poder en los últimos reinados. Amenofis IV y su esposa abandonaron Tebas y se instalaron en Amarna, una ciudad que el faraón mandó a construir al norte y que duró 10 años en edificar y parece haber sido uno de los conjuntos arquitectónicos más hermosos jamás salidos de mano del hombre. Allí abandonó incluso su propio nombre Amenofis IV, pues conmemoraba a Amón, uno de los dioses egipcios que el despreciaba como mera superstición. Su Dios era el glorioso Sol que adoraba de un modo distinto al de los egipcios. Lo adoraba no como a un Dios, en el sentido habitual de representarlo bajo forma humana o animal, sino que era el mismo disco del Sol lo que veneraba, el fulgurante y redondo sol, que imaginaba emitiendo rayos que terminaban en manos; manos que derramaban los favores divinos de la luz, del calor y de la vida sobre la tierra y sus habitantes. El rey llamó Atón al disco solar, y se nombró a sí mismo Ajenatón o Akenatón que significa “agradable a Atón”. Akenatón construyo un sin número de templos para Atón y preparó un ritual completo para el nuevo Dios.
Se trata pues del primer monoteísmo de la historia que conocemos. Hay quienes atribuyen que el Moisés bíblico vivió en la época de Akenatón y que el faraón egipcio recogió de aquel profeta algo así como una versión distorsionada del judaísmo, también hay quienes afirman que Moisés adopto la idea monoteísta de Akenatón.
Consecuencias y Legados
Akenatón se retiro del mundo real, sumergiéndose otro artificial y se dedicó a perseguir al antiguo clero, y a ordenar que el nombre de Amón fuese borrado de los monumentos, y suprimidas las referencias a los dioses. Esto lo hizo descuidar los asuntos militares y los demás problemas exteriores. Estos últimos eran de suma importancia, pues las inscurciones de los nómadas tocaban ya Siria por el este. A Akenatón le llagaban constantemente mensajes de sus generales y virreyes de Siria informándole sobre la peligrosa situación y solicitando refuerzos, por lo que parece ignoró todas las demandas de auxilio. Cualquiera que fuese la razón el prestigio exterior de Egipto experimento un declive desastroso, y todo lo ganado por sus antecesores acabo perdiéndose.
Al final del reinado de Akenatón bajo la influencia de la reina madre Tiy que intentaba reconciliarse con el clero de Amón, el faraón intento renunciar a su exclusivismo religioso, esto hizo que su esposa Nefertiti se separara de su marido ya que esta estaba apegada al culto de Atón.
Akenatón murió en el 1353 a.C., dejando tras de sí a seis hijas pero ningún hijo; dos de sus yernos reinaron por breve tiempo. Tutankatón residió en Amarna y permaneció fiel al culto atoniano. Luego los sacerdotes de la antigua religión recuperaron su poder progresivamente y volvieron a cambiarlo todo. Tutankatón cambio su nombre por el de Tutankamón y se traslado a la antigua capital Tebas, allí murió muy joven y Horemheb tomó las tiendas del país y Amarna fue arrasada y destruida. Fue tan completo el deseo de venganza y tan perfecta su laboriosidad para suprimir todos los vestigios de Akenatón.
El legado más importante del período de Akenatón fue el cambio en el arte egipcio. En este período el arte te torna realista. Se representan las cosas tan cuál son, se busca representar a las personas desnudas, sin artificios y sin ningún cambio. Las escenas en las que se presenta al faraón son mas afectuosas y muestran una relación cercana de la familia real. Akenatón y Nefertiti se representan en poses informales, mostrando su cuerpo completamente desnudos y sin embellecimientos o retoques en momentos de afecto y jugando con sus hijas. No se hizo ningún esfuerzo por ocultar que Akenatón era un hombre bastante feo, carilargo, barrigudo y de muslos gruesos. Es posible que sufriese de una afección glandular, pues murió cuando todavía era joven. Akenatón no tuvo harén y en todos sus poemas canta y loa a Nefertiti como la única y bien amada esposa.
La muerte prematura de Akenatón, “aquel cuya vida es larga”, puso fin a un florecimiento de una poesía, una escritura y una pintura totalmente nuevas. Con el nació y murió la mas violenta revolución en todos los campos de la creencia, el pensamiento y la emoción.
Según el historiador Arnold J. Toynbee, el fracaso de la revolución de akenatón …“es la mejor prueba de que la sociedad egipcia restaurada estaba desprovista de vida(…)A fuerza de un genio, Akenatón creó una nueva concepción de Dios y del hombre, de la vida y de la naturaleza, y la expreso en un nuevo arte y poesía; pero las sociedades muertas no pueden ser así vueltas a la vida”.
Consideraciones Finales
Akenatón sin duda fue un personaje de suma importancia en la historia de Egipto no solo por distinta concepción de lo que es la religión y el arte, sino que también por su personalidad enigmática y diferente a lo que se acostumbraba en Egipto y en muchos otros lugares del Planeta en esa época. Cabe resaltar que estos pensamientos revolucionarios fueron una influencia de la mezcla de culturas que existía ya en la realeza, ya que las influencias de culturas extranjeras estaba haciendo sentirse en la manera de ver la política y la religión.
El Gran error de Akenatón fue el inmenso descuido que tuvo en la parte política del reino, ya que por su cambio religioso no tenia muchas personas de confianza en los límites de Egipto y cualquiera evasión a peticiones de ayuda eran grandes errores, que terminaron poniéndole fin a su extraordinaria labor como reformador religioso.
Actualmente el arte de Amarna es admirado y estudiado por muchos, ya que fue el primer paso a un arte natural y realista que nos puede dar la idea de cómo eran las personas en estos tiempos.